Tuesday, December 12, 2006

La distorsión del discurso y sus consecuencias en lo político.

La guerra de Irak, además de las consecuencias y costos que ha tenido para el gobierno de George W. Bush, ha entregado a los medios de comunicación y por ende a la sociedad una cantidad de términos que han sido adoptados de manera natural por los medios de comunicación que se encargan de entregarlos a los televidentes pasivos los cuales hacen uso indiscriminado de ellos.
Los conceptos heredados por los medios y la puesta en práctica de dichos elementos no han hecho más que erosionar el campo del discurso político y por ende el espacio público en el que se desarrollan los individuos. De esta manera, la presente investigación pretende demostrar que mediante el engaño, la manipulación y la superposición de intereses particulares han erosionado el campo político, transformándolo y llevándolo hasta un punto máximo de fragilidad.
Dicha investigación se centra en el temática del discurso y lo político, que fue definido por el profesor como: “el estudio de la relación moderna entre un orden discursivo público-político y un conjunto de reglas y exigencias formales que configuran el ejercicio de lo político, el uso público de la razón. Observa los límites, las tensiones, la destitución y transfiguración de la palabra política moderna, como proceso de transmutación y fragilización de lo político”
Definitivamente, el proceso de evolución descrito por Darwin, no se está cumpliendo a cabalidad en algunos sectores de la población mundial. Un gran número de seres humanos se está entregando completamente al estilo de vida del “Homo Videns” , es decir, aquel hombre que se deja atrapar por la frivolidad de las imágenes, de los medios de comunicación y de todas aquellas realidades que le son presentadas.
Debido a esto, los libros empastados, las bibliotecas y las revistas de papel están destinadas a desaparecer, porque el nuevo hombre que habita la Tierra no está dispuesto a buscar el conocimiento por sí mismo, prefiere que otros le entreguen la ilusión necesaria para poder vivir, y que otros piensen por él aunque sus intereses se vean notoriamente afectados.
La entrega de esa ilusión necesaria, y la presentación de realidades que favorecen intereses personales, son dos elementos que motivaron la presente investigación, con la idea de mostrar a la población que muchas veces esas cabezas frías y pensadoras no hacen más que subyugar a la sociedad mediante la retórica, los hechos alterados, y ciertos recursos psicológicos para manipular y alcanzar sus objetivos políticos o económicos.
La capacidad de pensar, razonar, de elegir y de comunicarse por medio del lenguaje oral, escrito, gestual etcétera, son algunos de los elementos que distinguen al hombre de los animales y que le han permitido, desde el origen de las civilizaciones, poder organizarse. Sin embargo, estas cualidades no sólo le han servido para expresar sentimientos, emociones o sus necesidades apremiantes, sino que también ha permitido la adquisición de poderes e influencias sobre los demás individuos de una población.
A lo anterior, debemos sumar que el hombre es un animal político y gregario por naturaleza, lo que es determinante a la hora de analizar las relaciones que se establecen al interior de una comunidad, puesto que éstas se ven sometidas a modificaciones y ajustes, lo que significa que la sociedad está en un constante cambio estructural.
Una vez que hemos identificado al hombre como un ser político, gregario y capaz de comunicarse, es necesario hablar del o los efectos que las comunicaciones tienen sobre la vida de los individuos. Al respecto debemos señalar que la comunicación es algo que pertenece y que está al servicio de todos. De esta manera, podemos entender que a través de la comunicación y del lenguaje se da origen a las civilizaciones, al entendimiento y estructura de éstas, puesto que a través de dicho proceso se da a conocer lo que en ella transcurre, entiéndase medios de prensa, escritos, televisivos o multimedia les, los que originan comentarios, rumores, opinión y por supuesto la opinión pública, que corresponde a la suma de los diversos puntos de vista que tiene una sociedad acerca de un determinado tema.
La suma de lo anterior, nos lleva a establecer que la comunicación y la política se encuentran estrechamente ligadas, ya que en base a sistemas de comunicaciones eficientes se obtiene una mejor organización política social, lo que se traduce en el desarrollo y construcción de sociedades más dinámicas y por ende más eficientes. Con esto, también podemos señalar que la política ha determinado la forma y el destino que han seguido las sociedades.
Actualmente, con el proceso de la globalización que vive el mundo y el abismarte desarrollo de las comunicaciones, podemos señalar que la comunicación es fundamental para la consecución de objetivos ideológicos, políticos, económicos, sociales, religiosos y militares. Por esta razón, la comunicación política se ha desarrollado como un tema de vital importancia, puesto que se hace necesario que los gobernantes y gobernados, establezcan mecanismos recíprocos de comunicación.
Como consecuencia de lo señalado anteriormente, podemos establecer que hoy en día la política demanda un mayor uso de los medios de comunicación masiva, puesto que el político moderno, los comunicadores, empresarios, los Estados y los ciudadanos, necesitan entrar de manera más incisiva en el juego de la democracia. Todo esto se hace, ya que los objetivos planteados necesitan ser planeados, además de prever los riesgos. Son estos factores los que nos han llevado a formular una serie de interrogantes con respecto al rol de las comunicaciones en la política y cómo a través de la difusión de discursos políticos un gobernador puede implementar sus objetivos en una cultura que es totalmente distinta a la suya en todos los ámbitos.
Para continuar con la investigación de los discursos emitidos por la máxima autoridad de los Estados Unidos, el presidente George W. Bush, es necesario que se definan elementos que componen un discurso propagandístico. De esta manera, A partir de la definición de discurso, podemos hablar del objeto de investigación en sí, el que en este caso corresponde al discurso político. “El discurso político permite a quien lo domina, influir en los demás, obtener cierto poder y mejorar las relaciones sociales mediante el reconocimiento público, a la vez que le da mayor confianza y seguridad en sí mismo. Por ello Platón, al referirse a esta habilidad retórica, lo definía como “el arte de regir la mente de los hombres ”.
Pero esta condición discursiva que poseen los hombres se topa con nuevos elementos que también deben ser presentados para realizar este análisis. Unos de los conceptos que se mezclan en esta distorsión del discurso político y sus consecuencias en la esfera pública es la construcción de la realidad social. “La realidad social es creada por nosotros para nuestros propósitos, y nos parece tan prestamente inteligible como los propósitos mismos ”
La comprensión del discurso como texto y como acto de habla depende de varios factores cognoscitivos importantes, que incluyen los conocimientos, las creencias, los deseos, los intereses, los objetivos, las actitudes, las normas y los valores de los usuarios de la lengua. Como estos factores a su vez están influidos por la comprensión del discurso, debemos investigar cómo se forman y se transforman por medios de mensajes verbales. Este problema fundamental es una de las tareas principales de la psicología social, del estudio de la comunicación de masas y de la comunicación política. Estas disciplinas examinan cómo un individuo es influido por el discurso de otro y cómo grupos de individuos son así influidos por procesos de comunicación pública en el contexto social.
Pero dicha influencia y las consecuencias que la distorsión del discurso político pueda generar en quienes se ven sometidos a ella, está dada por el papel que cumplen los medios de comunicación masiva, que a durante el siglo XIX, se hicieron necesarios para desarrollar una forma de mostrar lo que se quería mostrar, institucionalizando la forma de producción de mensajes a gran escala precipitando la aparición del Homo Videns y Homo Faber. Esta comunicación de masas se caracteriza por ser abierta, capaz de llegar a una audiencia heterogénea, estableciendo una relación entre quien la emite (emisor) y quien la recibe (receptor), de corte impersonal.
Pero si se trata de relacionar a los ciudadanos con el estado, una de las formas más directas de hacerlo es a través de la comunicación política, en la que se incluyen todos aquellos aspectos de la comunicación, cuyo propósito sea fijar reglas, normas principales, orden y, en general, todo lo que contribuya a determinar una relación de poder entre los participantes de esa misma comunicación.
Siguiendo con la comunicación entre los ciudadanos y el gobierno fenómeno que se produce en el espacio público, es posible incluir un nuevo concepto incluiremos un nuevo concepto, La Meta comunicación, o bien la “comunicación a cerca de la comunicación. Plantea que, en general, la meta comunicación definiría la relación entre las personas que se comunican y la forma en que deben ser entendidos los mensajes dentro de dicha relación.
Finalmente, el Enfoque Interaccional de la Comunicación: “Constituye una nueva forma de conceptualizar el comportamiento humano. Producto de una epistemología fundada en el concepto de información (orden o patrón), deriva sus principios básicos de la cibernética y destaca el carácter circular de la causalidad en la comunicación (retroalimentación). Enfatiza asimismo los efectos pragmáticos de la comunicación y considera que ésta constituye un proceso de interacción de naturaleza sistémica.
Una de las afirmaciones fundamentales del grupo de Palo Alto se refiere a que el enfoque Interaccional de la Comunicación es lógicamente incompatible con las formulaciones clásicas de la comunicación y el comportamiento humano, puesto que se basan en paradigmas epistemológicos discontinuos.
El mundo de la comunicación, en cambio, examina las relaciones prescindiendo de los objetos. En el mundo comunicacional los objetos son pertinentes en la medida que constituyen mensajes o información. En el mundo de la percepción, el pensamiento o la experiencia no caben los objetos, sino sólo las ideas, los mensajes, las relaciones entre dichos objetos. La “realidad” o validez de estos mensajes depende de la confianza que se tenga en ellos. En términos comunicacionales toda afirmación acerca de la realidad es Válida, puesto que independientemente de que “empíricamente” sea real, siempre conlleva un valor de mensaje. La comunicación es entonces una actividad simbólica que se basa en convenciones sociales. Y, de acuerdo a lo expuesto, la realidad es en última instancia un producto de la comunicación.
La posibilidad de que muchos individuos puedan acceder a esta comunicación, da pie a la creación de un concepto que se conoce como la opinión publica, que se relaciona con la implementación de la característica política-pública que tienen los hombres, la que se liga a la acción y al espacio político- público y que se desarrolla, netamente, en la esfera de de la vita activa .
De esta manera, la opinión pública corresponde a la trama de entrelazada por los ciudadanos y que corresponde a la suma de opiniones individuales sobre una cuestión de interés público, que ejerce cierta influencia en el comportamiento de un individuo, un grupo o un gobierno y con lo cual se establece una correlación entre el ciudadano y su sistema político.


Sin embargo, esta opinión pública por ser creada en el espacio político público puede ser distorsionada, manipulada y manejada de acuerdo a los intereses de quien maneje la información, es decir que en este caso un gobierno mediante el bombardeo de información acerca de un tema puede crear una realidad que se ajuste a sus parámetros e imponerlos en los ciudadanos los que mediante sus relaciones entregan legitimidad o desligitiman las acciones políticas de un sistema de gobierno.
Para llevar a cabo dicha manipulación se incorporan a la discusión política en el espacio público nuevos elementos constituyentes del discurso político de un gobierno. Elementos de este tipo son definidos como un neolenguaje , que corresponde a aquellos conceptos que aparecen con otros nombres y que permiten construir una realidad social que se ajusta a interese individuales o corporativos de un individuo o un gobierno.
Pero la incorporación de este neolenguaje en el espacio público se advierte con la llegada de la modernidad. De esta manera, la esfera política- pública se transformada puesto que estamos asistiendo a una mutación de la palabra política, la que está siendo usadas por quienes aparecen en la esfera pública y que, a la vez tienen el poder, para distorsionar la realidad, usarla para el engaño, la superposición de intereses, factores que no hacen más que manipular el campo de la vita activa , de la acción, estableciendo y demostrando que ésta se comporta como un mero medio para conseguir un determinado fin, lo que se traduce en una transmutación y fragilización de lo político.
Es la acción la cualidad o característica política por excelencia. Ese estar entre los hombres, es vivir, el habitar, relacionarse, dialogar, es el sustrato que mantiene y da curso a la vida política. Sin embargo, esta acción se ha visto modificada por el advenimiento de la modernidad generando los siguientes cambios en la estructura del espacio político-público. Lo que se ha transformado, Arendt lo presenta de la siguiente manera: La época moderna lleva a cabo la extinción de las esferas pública y privada, en sus delimitaciones tradicionales, y las subsume en la esfera de lo social.

2) Esta esfera social surge de un doble movimiento: «la transformación del interés privado por la propiedad privada en un interés público» y la con-versión de lo público en una función de los procesos de creación de riqueza, siendo ésta «el único interés común que queda».

3) Sin embargo, este interés común no crea espacios de significación vital compartida, sino que sirve al mero incremento de la acumulación de capi-tales. «Lo que hace tan difícil de soportar a la sociedad de masas no es el número de personas, o al menos no de manera fundamental, sino el hecho de que entre ellas el mundo ha perdido su poder para agruparlas, relacionarlas y separarlas .

Asistimos a un proceso de estatalización de lo público, que nos ahuyenta con su amenazante intromisión en todos los ámbitos de la vida del ciudadano y que se ha apoyado en la transformación paulatina-pero consistente y eficaz- de los medios de comunicación en instrumentos de entretenimiento y dominación de las masas de estáticas y no pensantes. Dicho proceso, nos ha conducido a que la publicidad como información y manifestación de opinión ante un público lector que discute a una situación en la que el público se ha escindido en minorías de especialistas no públicamente raciocinantes, por un lado, y en la gran masa de consumidores receptivos, por el otro. Con ello se ha minado definitivamente la forma de comunicación específica del público. ¿Medios de comunicación o medios de propaganda? La publicidad crítica es desplazada por la publicidad manipuladora.

Como resultado de esta transfiguración del espacio público y la distorsión que este ha sufrido gracias al mal uso de la palabra hablada, podemos apreciar que la dinámica social en que nos desenvolvemos presenta importantes signos de una refeudalización de la sociedad civil. El sujeto político que habita en la actual sociedad de masas no es aquel individuo del liberalismo, sino que se identifica con un sujeto que es parte de los grupos sociales y las asociaciones que desde los intereses de determinados sectores privados influyen en funciones y decisiones políticas, o, también viceversa, desde las instancias políticas intervienen en el tráfico mercantil y en la dinámica del mundo de la vida, de especial incidencia en el ámbito de la privacidad. La privatización de lo público, politización de lo privado es similar a una transgresión múltiple de una delimitación legal y que se encuentra éticamente tipificada.

De esta manera más que ser ciudadanos o actores políticos y siguiendo la lógica del pensamiento de Arendt, la actual sociedad civil se encuentra transformada en una casta de consumidores, puesto que la acción y su característica indisociable el discurso han transmutado el orden y el objetivo de la acción política en el espacio público, llevándolo al campo de los bienes económicos, es decir que el discurso se transforma en una mera charla y en una simple construcción humana donde el hombre se encuentra completamente sometido a los dictámenes de un poder, que mediante el engaño y la fuerza le impide desenvolverse de manera libre como debiera ocurrir en el campo de la política.

Una de las consecuencias de esta distorsión del espacio público se traduce en que los que integran la sociedad se encuentran atados de manos, puesto que al no existir la posibilidad de dialogar verdaderamente al interior del espacio político se pierde toda posibilidad de actuar, de tener iniciativa de concertarse con los demás y llevar adelante una crítica frente al sistema que distorsiona y manipula las concepciones de la verdad.

Por lo tanto, frente a la separación de la acción y del discurso, su mal uso, la fabricación de hechos brutales, y palabras vacías, la opinión pública no puede hacer nada ante el bombardeo y la implementación de un neolenguaje, ya que el poder que ésta pueda tener se pierde si no hay medios reales de comunicación entre ellos, medios que le permitan desarrollar una comunicación activa, creativa que permita cumplir con objetivos de interés común.
Los ataques que afectaron las instalaciones del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, sin duda marcaron el camino de una nueva forma de enfrentamiento entre los países. Pese a que no existía un enemigo claro y todas las respuestas fueron hechas en torno a presunciones por parte del gobierno de los Estados Unidos, de igual manera se llevó adelante un conflicto bélico que más que ser una solución real a los problemas de Norteamérica con el mundo islámico se transformaron en la llama que encendió el polvorín que durante años se acumuló entre ambos sectores.
Cuando se pensaba que la bipolarización del mundo, representada por la guerra fría había terminado, se inició esta nueva era y tal como lo definió George W. Bush “la primera guerra del siglo XXI había comenzado”. De acuerdo a los tiempos que se viven, este conflicto sería algo totalmente nuevo y mucho más brutal que todos los anteriores.
Pero la brutalidad y lo innovador de este conflicto no estaría representado sólo por el uso de nuevas armas, y de soldados del futuro, sino que estaría marcada por el rol que le tocaría jugar a las comunicaciones. La era de la información y la tecnología se ponía al servicio de las intenciones militares, políticas y económicas de un gobierno o bien de un hombre y un grupo de empresarios.
Fuimos testigos directos de los ataques del 11 de septiembre, y de todas las consecuencias que este hecho significó para la población. Invadidos por la información no sabíamos cómo discernir entre la información verdadera y la inventada. Muchas veces circularon por los medios de comunicación distintas versiones sobre un mismo hecho, y la mayoría de las veces éstas provenían de cadenas norteamericanas y europeas de información, las que manipulaban los hechos de acuerdo a su conveniencia.
Es insólito pensar que en países del primer mundo, como Estados Unidos, donde se defiende a ultranza la libertad de expresión, la defensa de los derechos humanos, la libertad de información, entre otros, se reprima la libertad de pensamiento mediante el uso de la fuerza. Pero no sólo hablamos de fuerza física, sino que también de métodos de control de pensamiento que se relacionan con la implementación de tecnología, como por ejemplo el uso de la televisión y la radio. De esta manera, podemos concluir que en una nación que predica una democracia liberal, donde la voz del pueblo se traduce en hechos y una sana convivencia, no es tal, sino que corresponde a una implementación del pensamiento de las elites de gobierno, que miden cada palabra y frase que emiten, lo que les permite construir una realidad social de acuerdo a sus intereses e influir en la opinión pública.
Esta implementación de un Neolenguaje durante la Guerra de Afganistán e Irak, obedece a una forma de renombrar y dar un carácter distinto al conflicto desde su inicio. Su nombre, “Guerra contra el Terror” es el ejemplo más evidente de Neolenguaje en los discursos de George W. Bush, ya que tal denominación es una clara justificación para el avance de las tropas norteamericanas en Medio Oriente ante los ojos de la población norteamericana y del mundo.
¿Quién podría oponerse a una causa tan noble como una guerra que tiene como único objetivo terminar con el terrorismo a nivel mundial? Al plantearlo de esta forma podríamos pensar que es una medida que, sin duda tendrá como resultado el bienestar, la seguridad y la tranquilidad de los seres humanos. Y que, por lo tanto, debería contar con el apoyo incondicional de todos. ¿Pero es el verdadero objetivo de George W. Bush y el gobierno norteamericano terminar con el terrorismo?
La “Guerra contra el Terror” es un nombre utilizado por el gobierno norteamericano para disfrazar la invasión al territorio iraquí a través de los mismos medios que, supuestamente desea combatir, es decir, a través de las armas, la muerte y la fuerza. Entonces, podemos decir que más que una “Guerra contra el Terror” es una invasión a través del terror.
¿Es una causa que todo el mundo exige y apoya? Permanentemente en sus discursos radiales, George W. Bush se refiere a la “Guerra contra el terror como “lo que pide el mundo”, “Este dictamen del mundo” o, simplemente como “lo que el mundo espera y requiere”.Nos encontramos, entonces, frente a un nuevo elemento constitutivo de Neolenguaje, ya que el mundo no sólo lo conforman las potencias como Estados Unidos, Inglaterra y España, donde claramente la población se opuso a esta guerra.
Un gran número de países, entre ellos Chile, se opuso rotundamente al desarrollo de la guerra como una forma de terminar con el terrorismo en el mundo. Por lo tanto, el uso del concepto “Mundo” y el aparente apoyo por parte de éste a la estrategia estadounidense también es una forma de Neolenguaje destinado a convencer a los norteamericanos y a la población mundial de que, indiscutiblemente, es una acción bélica necesaria.
Las repetidas manifestaciones de los ciudadanos de diferentes naciones, incluso de Estados Unidos, en contra de la guerra contra Irak y, por supuesto contra George W. Bush, echan por tierra su postura de que es apoyado incondicionalmente por el mundo entero. En relación con esto, el concepto “Coalición” surge como una nueva pieza del Neolenguaje creado por George W. Bush, puesto que, el uso del concepto “Coalición mundial contra el terror”, no es más que el pacto de un número reducido de países que comparten los principios norteamericanos con respecto a la guerra y no una alianza de todo los países del mundo en pos de la destrucción.
“Un iraquí describió las emociones de su aldea cuando llegaron las tropas de coalición: “Los estaban esperando”, dijo. “Y todas las personas creen que Estados Unidos y Gran Bretaña han venido a liberar, no a conquistar.” De aldea en aldea, ciudad en ciudad, la liberación está llegando. El pueblo de Irak tiene mi palabra: nuestras fuerzas seguirán adelante hasta que desaparezcan los opresores y su país entero esté libre”. Con estas palabras, George W. Bush describió en uno de sus discursos radiales, el recibimiento que la población iraquí daba a las tropas norteamericanas cuando llegaban a las distintas ciudades y pueblos, lo que fue recurrente a través de nuestro objeto de estudio.
A partir de esto, surgen nuevos conceptos que, forman parte del Neolenguaje implementado por George W. Bush en sus discursos, entre ellos, la utilización del término Victoria y Libertad.
A través de la creación de nuevos conceptos como los mencionados anteriormente, el gobierno norteamericano ha buscado influir directamente en las emociones, las creencias y las opiniones de la población norteamericana con la única finalidad de ocultar, esconder y desvirtuar los verdaderos objetivos que subyacen en la “Guerra contra el terror”.
La intencionalidad política que se esconde en el discurso de George W. Bush, no es más que la idea de instaurar el pensamiento Neocapitalista al interior del mundo islámico. Dejando de lado la racionalidad y los valores inherentes y esenciales del hombre, el mandatario norteamericano y su gobierno se han encargado de llevar a territorios extranjeros la idea de la producción en masa, la deshumanización del hombre.
En sus intenciones políticas y sociales se puede ver la idea de un terrorismo disfrazado bajo el concepto de libertad y democracia, sin embargo sus políticas responden más que nada a las ideas que pueda poseer un líder revolucionario o anarquista que está en contra del sistema de turno. La forma de conseguir el poder lo ha llevado a transformarse en un tirano y un dictador, puesto que no respeta las decisiones de las organizaciones internacionales creadas para mantener el status quo del sistema político internacional. Se rige por la idea imperialita y colonialista que dominó en la Europa colonial.
Con la manipulación de la información se arriesgó a integrar a los grupos de mujeres y hombres en sus objetivos. Para ello, ordenó a sus tropas el respeto por los lugares de oración o mezquitas y a la vez permitió que las mujeres alzaran la voz y jugaran un papel más importante en una sociedad que las confinó durante años a un papel secundario, rayando en el ostracismo.
Si bien la manipulación y fabricación de hechos institucionales alcanzó su nivel más alto en Afganistán e Irak, ésta causó un gran conflicto al interior de la población norteamericana y el resto de la opinión pública mundial. Durante todos sus discursos, George W. Bush se valió de la retórica para crear una realidad social que le permitiera justificar su guerra contra el terrorismo.
Con el drama de las víctimas norteamericanas fabricó discursos integradores y unificadores que presentó ante todo el sistema político internacional. Con ellos, persuadió a la opinión pública mundial y se encargó de demostrar que las acciones militares en los países del Medio Oriente eran algo necesario para la estabilidad mundial.
Recurrió al nacionalismo de sus conciudadanos para fortalecer la idea de la guerra. Se dedicó a visitar a las tropas y remarcarles que todo su esfuerzo era por una causa justa, la defensa de la seguridad mundial ante los terroristas. Para ello, los visitó durante fechas importantes para los norteamericanos como por ejemplo el día de Acción de Gracias. Apoyó a las familias de los soldados y se preocupó de incrementar el gasto en seguridad nacional.
Se dedicó a desprestigiar a Osama bin Laden y Saddam Hussein en sus discursos. Usó lo peores calificativos para referirse a ellos y fabricar imágenes terribles de los mismo personajes que años antes los mismos Estados Unidos se dedicó a entrenar.
En su calidad de súper potencia económica, se acercó a los países más necesitados para ofrecerles su ayuda. De esta manera logró condicionar el apoyo de gran parte de los países a cambio de ayuda y de nuevos negocios.
Para llevar a cabo esta guerra psicológica, George W. Bush se ayudó de la fabricación de imagen, el Neolenguaje y nacionalismo estadounidense. De esta manera, se encargó de fabricar historias acerca de las atrocidades cometidas por el enemigo, con esto se aseguraba el apoyo de las tropas y el de la opinión pública. A esto, debemos agregar que incluyó en sus discursos una serie de símbolos y objetos que hacían que los militares y la gente se identificara con la causa de la guerra. La bandera de Estados Unidos en llamas, las Torres Gemelas desplomándose, bomberos y policías llenos de polvo y con sus ropas rasgadas trabajando en el rescate de las víctimas. La implementación de frases como la Zona Cero, la Guerra contra el eje de mal o contra el terrorismo y siglas como 11S fueron creadas para motivar a las tropas que combatían en terreno al enemigo. La guerra psicológica además de estar destinada a la mente de las personas y los militares estaba dirigida los corazones de éstas. De esta manera, el gobierno norteamericano se aseguraba la destrucción moral del enemigo, de su capacidad política, económica y militar, además de desprestigiarlo y evitar que consiguiera apoyo entre los demás países.
Pese al bombardeo de información que entregan los medios de comunicación, las manipulación del discurso político y por ende la transformación del espacio político- público existe una solución para esta masa que queda inerte, que se postrada y amenazada por los medios y la fabricación de realidades sociales.

Habermas propone un concepto de «espacio de opinión pública» con la vista puesta en una doble eficacia: explicativa y normativa. Quiere lograr lo que echa de menos en Arendt. ¿Cómo entender la constitución y la dinámica del «espacio de opinión pública»? ¿Qué vínculos le unen al «poder»? ¿Se puede delimitar y contraponer el poder comunicativo y el poder político? ¿Qué relación hay entre éstos y el poder administrativo? ¿De la interacción comunicativa se derivan aspectos normativos? Su aproximación al sentido de «espacio de opinión pública» incide nuevamente en los aspectos ya expuestos en obras anteriores.

La esfera o el espacio de la opinión pública no puede entenderse como institución y, ciertamente, tampoco como organización; no es un entramado de normas con diferenciación de competencia y de roles, con regulación de las condiciones de pertenencia, etc.; tampoco representa un sistema; permite, ciertamente, trazados internos de límites, pero se caracteriza por horizontes abiertos, porosos y desplazables hacia el exterior. El espacio de la opinión pública, como mejor puede describirse es como una red para la comunicación de contenidos y tomas de postura, es decir, de opiniones, y en él los flujos de comunicación quedan filtrados y sintetizados de tal suerte que se condensan en opiniones públicas agavilladas en torno a temas específicos.

La sociedad civil y en especial los ciudadanos son portadores del espacio público, lo que les permite actuar y expresar en él problemas de los distintos ámbitos de su vida privada. El medio propio por el cual se vinculan corresponde a la interacción comunicativa, es decir, la práctica comunicativa cotidiana que se produce a partir de la inteligibilidad, a la práctica habitual y general de los lenguajes naturales que cada uno de ellos porta en sí. Este intercambio comunicativo entre los ciudadanos es el que produce argumentos, influencias y opiniones.

El arraigo del espacio público en el mundo de la vita activa y en los procesos de comunicación lo distinguen de otros fenómenos sistémicos o estratégicos de funcionalidad instrumental. Es cierto que toda opinión pública puede manipularse e instrumentalizarse y transformarse en un producto de la labor, pero traerá como consecuencia la pérdida del horizonte de la realidad propia de los individuos, el sentido que tienen sus vidas y su interdependencia dentro de un mundo simbólico compartido; además de sustraerse a la eficacia de una legitimación racional. Cuando el espacio de juego- espacio político-público- no permite la sinceridad en las expresiones y las críticas abiertas, se pierde la capacidad de interacción entre los agentes sociales y la articulación necesaria entre ellos; la coacción reprime y enmascara, pero no elimina las contradicciones, sino que más bien las incrementa provocando mayor distorsión en éste.
La cualidad de público que poseen los ciudadanos en esta relación con los medios de comunicación les permite asociarse como tal, con la idea de establecer tramas asociativas, generar interpretaciones y diferentes concepciones para dar a conocer sus intereses, contar sus experiencias con el fin de ejercer influencia en la voluntad política y la forma institucionalizada que se pretende dar a la opinión pública.
Para Habermas es fundamental que la opinión pública logre zafarse de toda presión administrativa, puesto que ésta le quita la vitalidad al espacio de la opinión pública y a la verdadera función que pueden desarrollar los ciudadanos al interior de este espacio, ya que su voluntad es la que otorga la legitimidad a las decisiones políticas. La idea es que dicho espacio se encuentra intervenido pese a estar en un estado de reposo, pero que la voluntad de los integrantes puede despertarlo y generar las condiciones para que el poder comunicativo se manifieste.
El motor que mueve a la política democrática es el espacio libre en que se juegan las opiniones, el discurso y la construcción de un espacio publico distorsionado. Esta posibilidad, si se da, permite que se pueda apreciar la política democrática como algo normativo y establecido. Para superar dicha problemática, Haberlas propone un sistema de política deliberativa, en la cual la opinión pública, el ciudadano como público, pueda formar una opinión de manera libre, mediante la asociación con otros y que le permita definir y presentarse como el elemento fundamental para la legitimación de las decisiones y prácticas políticas

Los hechos dan para pensar que un espacio público no manipulado o intervenido por intereses individuales o colectivos es una utopía. El papel desempeñado por los medios de comunicación- una instrumentalización total- no hace más que aumentar la depredación de este espacio en donde deber jugarse las opiniones, y la formación de consenso y voluntad.

Por la misma razón, es necesario que los ciudadanos adquieran y actúan como tales con la idea de movilizarse, recuperando el espacio que les pertenece, evitando o conteniendo la voracidad de los mensajes emitidos por los medios de comunicación y por quienes los dirigen. Todo esto, con la idea de explotar las características discursivas individuales de cada uno o bien, desarrollar un espacio de opinión pública que permita tener injerencia y real protagonismo en las decisiones políticas que se toman al interior de una comunidad.

3 comments:

Anonymous said...

Hola mi nombres es pamela. Me encuentro en un tu blog de pura casualidad, tratando de buscar información para un trabajo de la escuela. Realemtne quede pasmada con al información que posteaste, la verdad considero que el trabajo que has hecho, es realmente exelente y creo que esta bien fundamentado.
Me parece extraordinario el modo en el que has volcado la ifnormación en conjunto con tu opinión, de forma tal que es facil distinguir ambas.
Realmente no tengo más que palabras de congratulación, por la labor que has realizado y simplemente quería, pedirte permiso para utilizar parte de tu trabajo para la realización del mio.
A contiuación te dejo mi msn para que contestes y ver si tenemos la posibilidad de discutir del tema, lo cual me pareceria algo muy grato.
desde ya muchas gracias.
Saludos.

Anonymous said...

eve_048@hotmai.com

Anonymous said...

El día de ayer, mi mamá me dijo que te habias comunicado por msn para discutir acerca de lo que firme en tu posteo. Lamentablemente no me encontraba en la computadora. No se cual es tu dirección e correo, mi mamá olvidó anotarla, por lo tanto, si no es mucha molestia, te agradecería muchisimo si pudieras mandarme un mail para saber la dirección y poder comunicarnos. El mail al que te dirigiste no es de uso consrtante, solo lo consevo por algunos contactos que no he podido copiar al uevo, por eso me sería de mucha ayuda si pudieras comunicarte al nuevo. (pamela_e_d@hotmail.com)
Desde ya, muchas gracias por la atención.
Att.


Pamela D.